El mapa mental es una herramienta común en los procesos de diseño, por estructura y deformación profesional, es un recurso al que estoy acostumbrado a recurrir para encarar mis investigaciones artísticas.
La combinación de texto, ilustración, fotografía y conectores en un ambiente digital me permite visualizar conceptos que aún no se terminan de formar y explorar sus diferentes aristas
Es un lugar donde plantear preguntas. Algunas para ser exploradas y retomadas, otras olvidadas
Sobretodo en etapas iniciales. Son más que nada preguntas lo que disparan mi proceso.
En una segunda etapa, trabajo con mapas más pequeños y concretos. Exploro posibles obras a realizar. Entre este mapa y el anterior hay meses de distancia, con producción de obra entre medio.
Esta es una primera etapa de convergencia sobre la divergencia inicialmente planteada y explorada.
Esta es una primera etapa de convergencia sobre la divergencia inicialmente planteada y explorada.
Surgen definiciones, se retoman algunas preguntas previas, se les da una respuesta y se agrupan para obtener sentido.
A partir de nuevos sentidos, se expanden acepciones posibles del tema a trabajar.
Aparecen definiciones así como nuevas preguntas
Se sintetiza una propuesta de trabajo final, pero contingente, una hipótesis propositiva
El proceso vuelve a empezar, pero el inicio es distinto, porque yo, habiendo atravesado todo lo anterior, no soy el mismo.